Por Ricardo
Me asombra la simple idea de las múltiples posibilidades, recupero el concepto de “saturación”, lo saturado. Alguien me señalaría que una de las desventajas (de llamarle así) del mundo contemporáneo es justamente las cantidades indigestibles de información. Es obvio que las habilidades necesarias en esta época son distintas a las de otro momento histórico pero puedo ir un poco más allá, en que sentido cambian la comunicación, el intercambio, el lenguaje. ¿es así? ¿Nos hemos comunicado siempre de la misma forma? ¿Cuales son los puentes que necesitamos construir en un espacio de diálogo? Si decimos que el contexto social moldea nuestra percepción, será necesario multiplicar vías de comunicación. ¿Es posible que la gramática; las palabras no signifiquen lo mismo para todos?
¿Vivimos en diferentes mundos? (si puedo decirlo así)... en diferentes realidades...
Pienso sobre el ser sensible a los procesos de vida, a mis propios cambios, a los nuevos paradigmas. Recupero una postura de H. Gardner sobre el cambio mental: un proceso que añade pequeños elementos, tal vez insignificantes; el cambio en sí, imperceptible (en la mayoría de los casos); la realidad de este cambio en el antes pensaba (o suponía que..) pero ahora...
Este concepto de lo dinámico, el ir y venir, reflexionar sobre mis propias teorías y nuestras prácticas, podría colocarme una posición donde siempre estoy cambiando, aprendiendo, percibiendo de forma distinta; recreando-me una y otra vez.
